Orugas ahogadas

Las orugas y el agua

Exceptuando a algunas especies de mariposa cuyas orugas son de hábitos palustres, es raro que las orugas entren en contacto con otra agua que no sea la de lluvia cayendo naturalmente; sin embargo, puede ser que ocurra un accidente si una oruga cae al agua.

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Qué hacer

Para empezar, las orugas no saben nadar, así que hay que rescatar a la oruga del agua inmediatamente. Si la oruga se mueve, se va a recuperar sola en poco tiempo; si parece muerta, hay buenas noticias: ¡tal vez no lo esté!

Sucede que las orugas se intoxican fácilmente, pero no se ahogan fácilmente. Una oruga puede parecer ahogada y estar todavía viva. Hasta donde sé hay dos métodos que se pueden usar para revivir orugas ahogadas:

1. Darle a la oruga un masaje suave.
   Es un poco difícil de hacer dado el tamañito de algunas orugas, pero con suficiente delicadeza, luego de un ratito de masaje suave y cuidadoso es probable que la oruga comience a moverse.
2. Usar el método de la sal.
   Depositar a la oruga sobre una superficie seca, secarla cuidadosamente con una servilleta de papel y cubrirle el cuerpo con sal fina, exceptuando la cabeza. A continuación, esperar. Si la oruga se mueve, seguir esperando hasta que salga del montículo de sal por sí misma. Enjuagarla con agua rápidamente para quitarle la sal, y secarla de nuevo.

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Precauciones con el agua de los floreros

Si hacés como yo y ponés las hojas que comen las orugas en un florero con agua, ocasionalmente alguna oruga puede caer ahí. Para prevenir esto hay varios trucos:

• usar un florero de boca tan angosta que solamente permita el paso de las hojas;
• llenar el florero con bolitas de vidrio y echarle agua sin llegar a cubrir las bolitas;
• usar a modo de florero un recipiente con tapa perforada, y pasar los tallos de las hojas por los agujeros de la tapa hasta que toquen el agua.